De la década de 1930 a 1950

De la década de 1930 a 1950

La experiencia bélica de la Primera y la Segunda Guerras Mundiales marcaron profundamente el desarrollo filosófico, artístico, moral y social en la Europa de la primera mitad del siglo XX.

Características principales de las décadas de 1930 a 1950 del siglo XX

  1. La década de 1930 estuvo marcada por convulsiones políticas y sociales, la caída de la Bolsa de Nueva York en 1929, fue el preámbulo a una década que mostró lo peor del ser humano.
  2. Esta década se caracterizó por ser un periodo de crítica social, de realismo y de compromiso político.
  3. En 1933 en Alemania llegó al poder Hitler.
  4. Las posturas ideológicas se radicalizaron entre fascismo y Comunísimo.
  5. De 1936 a 1939 tuvo lugar la Guerra Civil Española.
  6. A raíz de la invasión alemana a Varsovia, en 1939 se inició la reclusión y el exterminio sistemático de judíos en lo que se ha denominado como el holocausto.
  7. Los países aliados (Estados Unidos, la URSS, Francia, Bélgica e Inglaterra) se enfrentaron a Alemania, Italia y Japón.
  8. En 1945 terminó la Segunda Guerra Mundial, con la rendición incondicional de Japón. Estados Unidos había detonado bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Además, la Unión Soviética salió victoriosa de la invasión alemana en su territorio.


Características de arte y la literatura de este periodo

  1. El arte renuncia a toda ilusión de realidad y expresa su visión de la vida mediante la deformación deliberada de los objetos naturales.
  2. Una vertiente busca escribir, pintar y componer desde la inteligencia, no desde las emociones. La inteligencia se presenta como el mejor instrumento para fugarse de lo cotidiano y encontrar el residuo último de las cosas: poesía pura, pintura pura, etcétera.
  3. El arte tiene una dimensión ética y social que realizar, y el artista tiene que asumir dicho compromiso. El arte, entonces, incluyó ingredientes sociales y políticos, convirtiéndose en lo que se denominó como arte comprometido.


La narrativa

La evolución de la narrativa en el siglo XX fue producto de diversos factores, entre los que encontramos el progreso técnico y científico, las teorías freudianas y, en general, todos aquellos factores que modificaron la percepción de la realidad y el papel del hombre dentro de ella. Al surgir nuevas situaciones y nuevos problemas, la "realidad" se enriquece, y, en consecuencia, la novela se transforma.

La novela realista y la no realista

La relación que la novelística mantiene con la realidad puede estar expresada directa o indirectamente. La imaginación y la fantasía son elementos que transforman lo conocido y hacen del relato un proceso creador. La narrativa se puede dividir en dos grandes tendencias:
  1. La que busca reproducir fielmente los hechos, buscando crear con eso una ilusión de realidad. Este tipo de novela es la que se manifiesta en la segunda mitad del siglo XIX y recibe el nombre de novela realista.
  2. La narrativa donde el escritor crea su propia realidad por medio de la imaginación y del lenguaje, sin buscar para nada el efecto realista.


Perfeccionamiento de realismo

Los novelistas de fines del siglo XIX y principios del siglo XX perfeccionaron la manera realista de narrar. Las largas descripciones, los retratos psicológicos y los desarrollos se hacen más ligeros. El autor se distancia de la obra, trata de ocultar que es él quien narra para que el lector tenga la impresión de que el relato se cuenta por sí mismo.

El nacimiento de la novela moderna

surge un nuevo tipo de novela que afirma que el hombre y lo que le rodea no siempre tienen una explicación. Asimismo, los relatos dejan de retratar al hombre en relación con los demás y su atención se inclina hacia el hombre como ente aislado. La atención se centra en los procesos mentales, en los impulsos inconscientes, en las profundidades esenciales de su naturaleza.

Diferencias entre la novela realista y la no realista

  1. En la novela realista el lector recibe pasivamente lo que le comunica el narrador y permanece como un simple observador.
  2. El novelista no realista renuncia a explicar cómo son los protagonistas; en lugar de eso, los deja frente al lector con toda su complejidad tal Como sucede en la vida real.
  3. Cuando una situación es vivida por varias personas a la vez, sus versiones sobre dicha situación difieren porque cada una tiene un punto de vista distinto.
  4. Igualmente, al existir diversos puntos de vista, se rompe también el orden cronológico: hay saltos hacia adelante o hacia atrás, según estemos en el punto de vista de uno u otro personaje, y según el momento en que se piense o se hable.
  5. En la novela no realista se desarticula el relato y la psicología de los personajes. Tampoco hay necesariamente un final, un desenlace; los protagonistas se juntan, se separan, se entrecruzan, tal y como ocurre en la vida real.


Joseph Conrad (1857-1924)

Empezó a explorar las fronteras del comportamiento humano y de sus zonas oscuras, lo que lo convirtió a él, un polaco, en el primero de los grandes novelistas del siglo XX que escriben en inglés. En sus narraciones se ponen a prueba los códigos sociales y el hombre se ve forzado a descubrir los impulsos que se esconden en sí mismo tras el barniz de la civilización. En El corazón de las tinieblas, inscrita en el marco de la colonización del Congo, la más terrible y brutal del siglo XIX, Conrad narra una historia de ambición, engaño, brutalidad y esclavitud. Nostrono está considerada como su mejor novela.
La eliminación del argumento es seguida por la eliminación del héroe. El acento recae sobre la similitud de los contenidos de la conciencia. La narración salta de un tema a otro, produciendo la sensación de un aparente desorden. La profundidad psicológica y la origina técnica narrativa han sido las causas de la gran influencia de esta novela en las letras con temporáneas, a pesar de las dificultades que encierra su lectura. Entre las obras de James Joyce destacan, también, el Retrato del artista adolescente y El despertar de Finnegan, quizá la obra literaria más difícil y complicada de la literatura.

Virginia Woolf (1882-1941)

La obra de Woolf se centra en la oscilante sensibilidad de las mujeres de clase media alta. Novelista y crítica, su técnica del monólogo interior y estilo poético se encuentran entre las contribuciones más importantes a la novela moderna. Influida por el filósofo francés Henri Bergson, explora la idea del tiempo. Escribe novelas con descripciones de instantes fugaces, de sentimientos repentinos, de imágenes que aparecen y desaparecen y que hacen pensar si se vive una realidad concreta o una realidad soñada, creada en una dimensión intemporal y en un mundo en ocasiones Onírico.
La señora Dalloway está estructurada en torno a lo que le ocurre a Clarissa en Westminster. En Al faro, se hace evidente la influencia de la psicología freudiana. Otras novelas son: Las olas y Orlando.

La poesía

La poesía moderna inició con el norteamericano T.S. Eliot y el inglés Ezra Pound, poetas que terminaron con los resabios decadentes del Romanticismo.

T.S. Eliot (1888-1965)

Este poeta norteamericano, quien fijó su residencia en Inglaterra a partir de 1915, expresa el vacío de la vida moderna y la sed de arraigo en la tradición. Entre 1910 y 1911 había escrito La canción de amor del Alfred Prufrock, poema que habla sobre el hombre moderno: desarraigado, insatisfecho, carente de vitalidad y de decisión, inestable en sus creencias y en medio de un desierto espiritual.
En Tierra Baldía, Eliot ofrece una visión de mundo moderno como alejado de la tradición, la fe, y el contacto con la naturaleza. Todo aquello que anteriormente daba sentido y coherencia a la vida se disuelve entre recuerdos y lamentos. El poema abunda en referencias literarias y mitológicas de la más diversa índole e intenta producir un efecto entrecortado, de discordancia y fragmentación que expresaría el espíritu moderno, construido a retazos.

El teatro

El teatro moderno no desea ofrecer al espectador un cuadro completo de explicaciones que le permitan tener una visión clara de lo que se está representando; muy por el contrario, busca cada vez más que el público participe, investigue y descubra la razón que está detrás de lo que se le ofrece, esto es, que forme parte activa del proceso creativo de la obra.

El teatro de Luigi Pirandello

Uno de los iniciadores del teatro moderno es el italiano Luigi Pirandello (1867-1936), autor de novelas, cuentos e importantes obras de teatro. A partir de 1917 se dedicó exclusivamente a la actividad teatral. En 1921 su obra Seis personajes en busca de autor, influye notablemente en el cambio de las formas teatrales existentes. Los seis personajes imaginados por Pirandello ya no quieren estar obligados a representar continuamente su papel y plantean en la obra su intención de buscar una vida independiente, alejada de las intervenciones del autor.
En Seis personajes en busca de autor los actores hablan con el público, circulan por la sala sin respetar el escenario y establecen una comunicación más directa con el espectador. Con todos estos cambios en el orden de la representación, Pirandello inicia el proceso de disolución de las barreras que hasta el siglo pasado habían diferenciado el mundo real del imaginario.

El teatro político de Bertolt Brecht

El alemán Bertolt Brecht (1898-1956) propone un teatro político que trata de hacer entender al público la complejidad de los fenómenos sociales. Para lograr sus objetivos, Brecht recurre a la sátira y a la denuncia. También se vale de los recursos que le ofrecen otras formas artísticas, como lo son el circo y las operetas musicales.
Dentro de este nuevo tipo de teatro, el público debe tener siempre en cuenta que está viendo una obra teatral y que no puede dejarse llevar por la acción como si ésta fuera real.

El teatro existencialista

En Francia también se presenta otra vertiente del teatro de compromiso social o político, aunque muy influido por las corrientes del pensamiento existencialista.
Uno de los temas más frecuentes de este teatro es el compromiso del hombre consigo mismo y con la sociedad que lo rodea, porque, de acuerdo con las doctrinas existencialistas, el hombre está condenado a elegir, a comprometerse (lo quiera o no) y a definirse siempre por sus actos.

El renacimiento del drama inglés

Hacia la última década del siglo XIX se inició una etapa de renacimiento del drama inglés mediante obras que, por lo general, reflejaban la vida y las preocupaciones de los espectadores cultos.

George Bernard Shaw (1856-1950)

Se proclamó seguidor de los preceptos de Ibsen. Desde sus primeras obras, mostró, a través de la comedia, la complicidad de la sociedad en sus propios males y defectos. Escribió más de 50 obras de teatro y, además, también fue periodista, crítico teatral, literario y artístico; autor de novelas y cartas Su estilo de representación combinó la pasión y los conflictos intelectuales.
Reavivó la comedia de costumbres y experimentó con la farsa simbólica, regenerando así el teatro de su tiempo. Su penetrante inteligencia, así como su afilada pluma, le sirvieron para describir y criticar los temas contemporáneos, como, por ejemplo, el de la prostitución como profesión antisocial (Trata de blancas), la hipocresía de los principios y prácticas del Ejército de Salvación y sus benefactores (La comandante Bárbara), o la farsa de las distintas profesiones y del temperamento artístico (El dilema del doctor).

Samuel Beckett (1906-1991)

Es el dramaturgo por excelencia de la década de 1950, una década amenazada por la guerra fría y la posibilidad de la destrucción total del mundo a causa de un holocausto atómico.
Sus personajes parecen formar parte de un mundo bajo los efectos del desastre; por ello aparecen casi siempre aislados en tiempo y espacio, deambulando, torturándose y consolándose, planteando preguntas que no tienen respuesta y sobreviviendo en un mundo en trance de desintegración. De esta manera, explora el significado metafísico de la humanidad y cuestiona la existencia.

El teatro de absurdo


A partir de 1950, toda esta desconfianza en el futuro de la sociedad y en la capacidad del hombre para hacer un mundo mejor es recogida por lo que ha venido a denominarse teatro del absurdo. Esta nueva corriente teatral se caracteriza por los elementos pesimistas que la obra incorpora. Para los autores que siguen esta corriente, todos los hechos sociales resultan incomprensibles. No hay nada que comunicar porque la razón y los valores del mundo moderno son un falso reflejo de la realidad. Debido a esta situación, todo resulta incomprensible y nada tiene sentido.

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